Por Pilar Mendoza Casacuberta (*)
El 8 de marzo nos convoca a reflexionar. Como colectivo de mujeres y diversidades, pensamos que la lucha histórica por nuestros derechos políticos, económicos y sociales; nos permite reconocernos en la historia colectiva, forjada por mujeres combativas de las generaciones anteriores.
Ellas nos han dejado un legado valioso por el cual seguimos luchando por la equidad y la igualdad en los derechos, sin distinción de clases, nacionalidades, etnias, edades, opción sexual y religiosa. Desde esa osadía, desde la desobediencia creativa, la mirada visionaria y desde las acciones disruptivas me sitúo, y a la vez apelo al abrazo entre nosotras
Estoy convencida de que debemos seguir ampliando la mirada y derribando esos obstáculos que nos impiden ser síntesis de un nuevo comienzo.
Fue la unión de muchas mujeres en el mundo, la que consiguió grandes victorias para todas nosotras y nos trajo derechos que poseemos hoy. Sabemos que aún falta mucho, pero seguimos paso a paso porque queremos una sociedad más justa y más igualitaria. Y el camino es la defensa y la conquista de nuestros derechos.
Sabemos que nuestra felicidad existirá el día que no tengamos que avisar que llegamos a casa, que llegamos bien, que nadie nos mató. Feliz será el día que todas nos podamos ir de donde nos hacen daño, de donde no se respeta nuestra vida. Feliz será el día que se haga justicia por Eliana, por Johana y por todas las que ya no están.
Por eso hoy, 8 de Marzo volvemos a las calles, con la felicidad de sabernos juntas e insurrectas, con la piel inmersa en el deseo de más feminismos para gozar, para sanar y para ser libres.
Feliz día NO.
Deseo lucha y no más miedo para todas.
(*) Referente de la Casa de la Mujer y la Diversidad de Ramallo.