Este fin de semana se pudieron observar varios comentarios en las redes sociales sobre distintas situaciones donde efectivos de las fuerzas de seguridad interceptan a jóvenes para solicitarles DNI o revisarle las pertenencias.

El caso más llamativo fue la denuncia pública de la directora de la Escuela Media Nº 1 de Villa Ramallo, María José Sánchez, quien en carácter de mamá de uno de los chicos, contó que el sábado por la tarde su hijo y un par de amigos habían ido a pescar cuando la policía de Villa Ramallo los paró.

Escribió en las redes: “…los revisaron y los detuvieron en la vía pública por un tiempo, que quizás no llegue a precisar porque hay tiempos que pueden durar siglos cuando la experiencia que se vive es tan desagradable. ¿Qué es esto?, interrogó uno de los policías, resaltadores que uso en la facultad, respondió mi hijo. Lo miraron con otros ojos, y me atrevo a decir con más respeto, porque además no llevaba gorra como sus dos amigos. Sus amigos hacen changas, están finalizando la secundaria, tienen grandes sueños y hermosos valores. El problema está en los adultos que, debiendo ser sus mejores referentes, se encargan de desilusionarlos, porque cuando se mira a los jóvenes con desconfianza, con prejuicios, con falta de empatía, es cuando logramos que no se sientan valorados, ni escuchados, ni respetados. La empatía es necesaria, nuestros jóvenes son personas con derechos. No los atropellemos, tratémoslo con el respeto y la amabilidad que las instituciones proclaman tener…”.

No es la primera vez que se denuncian casos de abuso policial por parte de los uniformados, según los relevamientos es una práctica constante. En esta oportunidad las denuncias públicas llegaron al seno de la comunidad educativa que hizo conocer su preocupación.