Personas privadas de la libertad de la cárcel de San Nicolás elaboran en la panadería del penal una producción semanal de 150 facturas para donar a los merenderos locales “De corazón a corazón”, “Sonrisas de Hoy”, “Solcito” y “Regalo del cielo”.
La actividad laboral y solidaria se enmarca dentro del programa “Más trabajo menos reincidencia” impulsado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires en coordinación con el Servicio Penitenciario Bonaerense.
El objetivo del mismo es que las personas privadas de su libertad se capaciten en diversos oficios y puedan al mismo tiempo colaborar con distintas instituciones de bien público.
En esta oportunidad, el merendero nicoleño “De corazón a corazón” situado en el barrio del Carmen fue el beneficiario del trabajo de las personas detenidas en la Unidad 3, que enviaron rosquitas, y facturas rellenas con dulce de leche y crema pastelera.
De acuerdo a lo convenido, cada jueves y hasta fin de año se distribuirán las facturas entre los merenderos “Sonrisas de Hoy”, “Solcito”, “Regalo del cielo” y el ya mencionado “De corazón a corazón”. De esa forma las facturas estarán llegando a más de 200 niños y niñas de San Nicolás.
El director de la Unidad 3, Carlos Díaz, explicó que “los internos previamente fueron capacitados en la panadería que funciona dentro del establecimiento penitenciario. Esta propuesta tiene como fin la inclusión laboral de las personas privadas de su libertad a través de la realización de actividades solidarias”.
Por otro lado, la coordinadora de Inclusión Sociolaboral del establecimiento penitenciario, Fernanda Domínguez, detalló que “este es un trabajo interdisciplinario que es coordinado en conjunto entre la cárcel y el supervisor del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Luis Simonetti. La idea es que los internos aprendan panadería y como práctica puedan llevar adelante este tipo de labores que beneficien a la comunidad en su conjunto”.
Hernán, uno de los internos que participó en la preparación de panificados, fue quien gestionó la colaboración del Movimiento Evita y la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) quienes aportaron la materia prima para la elaboración de las facturas y se encargan de su traslado hacia los comedores.