En cuatro días ya hubo ocho casos de hombres detenidos por violar las órdenes de acercamiento.
En
los casos de violencia familiar o de género la justicia suele intervenir
librando órdenes de prohibición de acercamiento o de exclusión del hogar, para
preservar la integridad física -y hasta la vida- de las víctimas. Pero en las
últimas semanas la justicia penal platense ha advertido un “preocupante aumento
de los casos de desobediencia por incumplimiento de esas órdenes” explicitadas
en un papel, advirtieron desde ese ámbito.
Sólo
en los últimos cuatro días se registraron 8 casos que terminaron con los
responsables demorados porque la Policía intervino a tiempo. A falta de botones
antipánico u otras medidas de seguridad, a las damnificadas no les queda más
remedio que pedir ayuda a través del 911 y rogar que nada pase hasta la llegada
de un patrullero.
¿Qué
sucede con los que violan esas restricciones?
“Depende”,
explicaron fuentes judiciales, “si la orden está debidamente notificada y la
persona se acerca a menos distancia de la permitida, se la puede demorar hasta
5 días”, que es el tiempo que lleva gestionar una excarcelación.
Pero
si el acusado tiene antecedentes por episodios de violencia y una excarcelación
previa, puede quedar detenido con prisión preventiva. Para las autoridades
judiciales, este fenómeno es “tan alarmante como el crecimiento de las
denuncias por violencia doméstica”.
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