Hace una semana tomó estado público una
información por demás sensible. La madre de una niña de tres años denunció en
el mes de abril, que su hija fue víctima de maltrato en el jardín de infantes
al que asistía, en Villa Ramallo.
La denuncia fue radicada en la Ayudantía
Fiscal de Ramallo, desde donde se excusaron en trabajar sobre el caso y la
causa pasó a la UFI N° 4 a cargo del Dr. Leverato. Desde allí se cumplimentaron
las órdenes de allanamiento –en el marco de la causa caratulada maltrato
infantil y corrupción de menores- que se efectivizaron la semana pasada en el
jardín involucrado y en la vivienda particular de dos docentes que trabajan en
la misma institución.
La causa que se investiga presenta una
serie de interrogantes. Hasta el momento –según la información que ha
trascendido- a la víctima se le habría realizado sólo una pericia psicológica
que indicaría que ofrece un relato coherente pero aún no se le ha tomado
declaración, mediante el sistema de cámara gesell, y no se le han realizado
pericias de otro tipo para establecer claramente qué derecho le ha sido
vulnerado.
Es por eso que llama la atención que la Justicia
haya ordenado tan prematuramente las órdenes de allanamiento a las viviendas
particulares de las docentes y al propio jardín. Pero lo que más preocupa es la
indefensión en que ha quedado la niña, víctima de esta situación.
Ella ha dejado de asistir al jardín y no
está recibiendo asistencia psicológica ni de ningún otro tipo. Lo que pone en
evidencia la “revictimización de las víctimas”; esto es la reiteración del
padecimiento, la provocación de un nuevo daño y la total falta de contención.
Desde el sistema educativo no se han
acercado a la familia ni han tomado contacto con sus padres. El Servicio Local
y el Estado Municipal tampoco están interviniendo. Desde la Subsecretaria de
Niñez indicaron que tomaron conocimiento del caso de forma extraoficial y están
a la espera de que la justicia establezca qué derecho le ha sido vulnerado a la
niña para que el caso pueda ser derivado al Servicio Local y desde allí poder
asistirla con profesionales. Desde esta área, la tarde de este jueves, dejaron
trascender que están evaluando expresarle al Juzgado interviniente, la
preocupación que ha despertado el caso y que se pondrán a disposición para
asistir a la niña. En tanto, desde la Justicia tampoco se ha facilitado el
asesoramiento o asistencia profesional que un caso de estas características
requiere.
Mientras todo ello sucede, desde distintos
sectores se envían mensajes cuanto menos confusos. Se planteó esta situación
como un “ataque a la educación” o que “la educación pública es la que está
siendo puesta en tela de juicio”, pero se produjo un profundo silencio sobre el
tema de fondo que es la violación de derechos de un niño. No hubo quien se
expresara, quien la nombrara ni se solidarizara con el sufrimiento de la
niña-víctima.
Es por ello que no se debe perder de
vista que la principal víctima en esta situación es una niña de tres años que,
es altamente probable, esté sufriendo la vulneración de sus derechos en alguno
de sus entornos y es imperioso que la justicia actúe rápidamente para
protegerla.