El país

Fortalezas, desafíos y cambios

CAPITAL FEDERAL, Marzo 04.-(Por Mario Wainfeld) Los dos discursos de Cristina. La reforma en el Banco Central, pura economía K. La paritaria docente, un mal cierre. El sistema ferroviario, la necesidad del cambio. A la espera de pericia, los tiempos de la política. El informe de la Auditoría, datos relevantes. La voz de las víctimas y los reclamos pendientes. La agenda de la Corte.

La composición del Congreso (decidida por el pueblo soberano cuando votó) y los logros mencionados por la Presidenta en su discurso ante la Asamblea Legislativa expresan núcleos duros de la fortaleza del Gobierno. Legitimidad de ejercicio, poder institucional ganado en buena lid, resultados en lo económico, lo social y lo laboral. La agenda que recorrió Cristina Fernández de Kirchner recogió también desafíos y problemas del año 2012, que claman por soluciones y cambios. El tramo más logrado fue aquel en el que aludió al conflicto con el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, incluyendo la vuelta atrás con el inoportuno retiro de la Policía Federal en los subtes. La conducta del líder de PRO lo pinta de cuerpo entero: es desaprensiva, arrasa con las instituciones, niega sus propias acciones de cumplimiento del convenio.

Pero el Gobierno debe cuidar flancos vulnerables, que “el 54 por ciento” no basta para robustecer: los perjuicios a los usuarios del transporte público pesan, hoy día, entre sus deudas. Le faltó timing a una movida que sumaba enojo a los pasajeros, así hubiera razones válidas en el fondo de la cuestión.

El anuncio más relevante fue la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central. También es sugestiva la reforma integral de los códigos Civil y Comercial, que incluye mejoras en derechos personales muy gravitantes. El Senado tiene, ya con aprobación de Diputados, los proyectos de ley de “muerte digna” y fertilización asistida. El combo entre lo que entrará y lo que se despachará pronto significa aggiornamento de derechos, en sentido virtuoso.

La reforma del Central, el fin del paradigma noventista y aun del conservador, engarza bien con la mejor política económica del kirchnerismo. La mayoría oficialista en Diputados tratará de imprimirle un tratamiento veloz.

El Banco tendrá objetivos más amplios, ligados a la economía real. El manejo menos atado de las Reservas de Libre Disponibilidad (RLD), que el Gobierno fue impulsando en su empiria, habilita el pago de deuda con las reservas. Como el dinero es fungible, ese desahogo mejora las disponibilidades del Tesoro nacional. El cambio fue impulsado desde hace años (mucho antes de ser banquera central) por Mercedes Marcó del Pont. El pliego de la funcionaria ya está ingresado al Senado y va por su aprobación.

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La mesa desvencijada: La reseña de la oradora sobre el sistema educativo tuvo luces y sombras. Es válido rescatar el compromiso del kirchnerismo con la educación, no sólo en materia económica. La inversión fiscal, la ley de financiamiento, la construcción de escuelas, la distribución de net-books y la paritaria nacional son un conjunto inigualable en la historia reciente. De cualquier forma, en este aspecto como en otros del discurso, pareció primar cierto economicismo sobre la “sintonía fina”. El aporte dinerario, en este renglón, es notable y digno de alabanza. Pero la plata no alcanza para reconstruir un sistema demolido en décadas previas. Esa no es una falla del Gobierno, pero sí una de sus metas a reparar.

En cuanto a la paritaria nacional, que ya había fracasado antes del jueves, la palabra presidencial combinó planteos lógicos con descalificaciones excesivas e injustas. Es atinado que la Presidenta fije la mira en el ausentismo y reclame el cumplimiento del calendario escolar. También que cuestione las huelgas al comienzo del ciclo lectivo. Sobraron las alusiones a supuesta pereza de los maestros, a las “cuatro horas” de jornada laboral y a la laxitud de las vacaciones. Excitaron la bronca de laburantes de a pie y no son justas.

La paritaria nacional es una conquista del sindicalismo docente, consagrada durante el mandato del ex presidente Néstor Kirchner. Trabajosa y densa, no tiene parangones en la región. Cuidar esa mesa es una misión de las dos contrapartes, en ese sentido ambas fracasaron este año. Cada cual culpará al otro, lo cierto es que es un traspié compartido. Es la primera vez que no se concreta un acuerdo. A falta de precedentes y previsiones legales, el Ejecutivo deberá buscar una figura administrativa para darle un cierre prolijo al retroceso, lo que hará en los próximos días.

La palabra presidencial, aunque incluyó alusiones a los “compañeros docentes”, añadió nafta al fuego. Del otro lado, hubo demasías. En Santa Fe, como la Presidenta señaló, se rechazó una oferta piso de más de 4000 pesos y se estuvo a un tris de promover un paro por tiempo indeterminado.

Todos deberán esmerarse para recuperar la interlocución cuando baje la tirria mutua, para reabrir la mesa discutiendo condiciones de trabajo, capacitación u otros temas de interés común.

El tema da para más que un párrafo en esta columna, el cronista seguramente volverá sobre él en otras. Entre tanto, se van arrimando las posiciones en las provincias más grandes. El salario inicial garantizado por la Nación (que aporta fondos para compensar a once provincias menos dotadas de fondos) será de 2800 pesos.

El Gobierno y los gremios docentes (claro que sin desearlo) han hecho un favor objetivo, una promoción, a la educación privada que, sin pagar mejores salarios, garantiza aulas abiertas todo el año. Los padres de los alumnos, trabajadores ellos, precisan tener garantizada su cotidianidad. Todos los protagonistas, que son defensores sinceros y comprometidos de la escuela pública, deberían tomar nota de la contradicción y repensar sus conductas,

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