Los días martes 31 de enero y miércoles 1 de febrero de 2017, tuvieron lugar las audiencias públicas convocadas en un Concejo Deliberante saturado de gente para abordar las modificaciones al Código de Ordenamiento Urbano y Territorial (COUT) de Ramallo, con miras a modificar el uso del suelo en la costa Norte de nuestra localidad y convertirlo en un cordón portuario-industrial, similar al de otras localidades del país como Puerto San Martín, Zárate-Campana o Dock Sud.
También plantea una ordenanza que habilite excepciones al uso del suelo para la instalación de una empresa fraccionadora de fertilizantes (MOVIPORT S.A.) en la entrada de Villa Ramallo, a metros de una escuela, y para la construcción de un edificio en las barrancas del Paraná.
Una nutrida presencia popular sorprendió a propios y a ajenos, en un hecho que algunos funcionarios intentaron explicarse de manera balbuceante como “militancia ambientalista”.
Cabe aclarar que la preocupación por el medio ambiente que se notó en las preguntas formuladas a los expositores y en conversaciones informales que muchos de los miembros de nuestra ONG tuvieron con los vecinos asistentes, está fuera de toda duda.
Sin embargo, desde nuestra Asociación Civil tenemos que aclarar, e incluso aunque nos conviniera afirmar lo contrario, que la enorme mayoría de los asistentes no responde a nosotros, y que el motivo de su asistencia es su interés por el futuro ambiental de Ramallo. A todos les decimos gracias por el compromiso de asistir a jornadas tan largas.
Si bien el rechazo a las modificaciones del COUT y a las excepciones planteadas fue contundente (que se notaron tanto en el sentido de las exposiciones dadas por los expositores como en las preguntas del público), las declaraciones posteriores de varios funcionarios municipales dejaron en claro que los gobiernos pasan y los argumentos quedan.
La excusa de la creación de puestos de trabajo, se vio justamente como eso, una excusa, cuando el ausente Guillermo Misiano, titular de la empresa que pretende instalar un puerto en el sitio histórico-ambiental del Tonelero, habla de unos 20 empleos definitivos, y el expositor de MOVIPORT (que de manera ejemplar expuso el punto de vista de la empresa de cara a los ramallenses) refutó los 20 que se habían dicho desde el Municipio para declarar que los definitivos serían apenas 10.
Como también así desde la ONG UPVA revelamos incompatibilidad de intereses por los cuales se cambió de universidad para la realización del Estudio de Impacto Integral en Tonelero, que consta del estudio arqueológico que viene realizando Mariano Ramos y el estudio de impacto ambiental que lo iba a realizar la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).
Ahora será la Universidad Nacional del Noroeste de la provincia de Buenos Aires (UNNOBA) la que haga el estudio”. También se observó que el señor Hugo Gorgone, que estaba inscripto para realizar una exposición histórica, es parte de UNNOBA y al mismo tiempo es socio de Misiano en PPT Group,.
El sábado 11 de febrero nos enteramos por una nota del periodista Fernando Latrille al ingeniero Hugo René Gorgone, que en una entrevista telefónica éste informó que en diciembre-enero se había realizado el estudio de impacto integral por la Universidad Nacional de Noroeste de la provincia de Buenos Aires (UNNOBA) y que la Municipalidad tiene ese informe desde enero.
Ese estudio debió estar transparentado al público antes de efectuarse las audiencias para que la ciudadanía pueda de esa manera objetar o no el estudio de impacto integral presentado por la empresa, cosa que no sucedió, ocultando información relevante de una incompatibilidad fuera de serie que ni el propio Intendente pudo explicar a la hora de dar respuesta ante semejante atropello. Desde nuestra organización notamos la urgencia que tienen nuestros dirigentes, de que señor Misiano desembarque a toda costa en el Tonelero, el apuro de un gobierno que ya tomó su decisión por encima de un pueblo que dijo NO en las audiencias públicas, a la destrucción de nuestros recursos naturales ante el atropello de intereses privados.
Es por eso que sostenemos que las industrias, especialmente las de grado III (Altamente Peligrosas) sean ubicadas dentro del complejo industrial COMIRSA, lugar creado especialmente para ese fin, dada la alta sensibilidad ambiental y los costos ambientales que pagaríamos todos los ramallenses por el beneficio de unos pocos empresarios. Los puertos son empresas de servicio altamente automatizadas (para minimizar costos de mano de obra) que de por sí buscan reducir los costos lo más que puedan.
Si en Ramallo necesitamos trabajo, es justamente trabajo de calidad, con empresas que apuesten a la producción y no al almacenamiento y a la especulación en commodities. Los recursos los tenemos, pero falta la voluntad política para buscar emprendimientos limpios que generen un genuino trabajo calificado y de calidad sin la precarización laboral a la que estamos acostumbrados. En este sentido, el complemento del desarrollo turístico no es una utopía, sino un articulador real que generaría una mayor apertura laboral y sin la destrucción de humedales y bosques nativos que serían sepultados por los puertos, violando leyes de protección nacional.
UPVA – Unidos por la Vida y el Medio Ambiente