A partir del debate que se ha hecho público en torno a la rezonificación del código de Ordenamiento Urbano y Territorial (COUT) y la instalación de un nuevo Parque Industrial en el acceso de Villa Ramallo, sumado a la privatización de nuestras costas, que pasarían de rural a industrial, la ONG UPVA ha recibido una carta que hacemos publica, con la opinión calificada del arquitecto Martin Scarpacci (*)
Por otro Ramallo: De la construcción individual a la colectiva
La Planificación Urbana y Regional no existe en Ramallo en doble perspectiva. No existe porque no hay una planificación, sino fuertes intereses sectoriales de minorías, y no existe porque la única forma de planificar un territorio es de manera colectiva y participativa. Y si bien, por ahora esas minorías determinan la organización del territorio en su propio beneficio, impactan en todas y todos sean o no consientes de las repercusiones futuras.
Entonces, cuál es el camino a seguir, cómo reconocer los problemas y cómo aportar en la construcción de otro Ramallo al quiere imponer el Municipio. La única respuesta honesta es desde la participación ciudadana. Ese es el único y verdadero plan democrático posible. Por ello es necesario destacar que el enorme valor de (los) movimientos de diferentes vecinos reside en la fuerza de la unión de las personas. El valor más importante se engendra en la participación colectiva y ese es el primer paso para planificar cualquier territorio. Vecinos informados y sensibles pueden orientar a técnicos, políticos y profesionales sobre cómo construir un Ramallo espacialmente democrático y sano. Y nunca al revés.
La fuerza de los vecinos reside en su cuerpo colectivo, en la ausencia de líderes, en su independencia de intereses políticos o económicos. Independencia que el colectivo ya ha demostrado defendiendo el territorio y el medioambiente ya sea de las ambiciones agresivas del exintendente Santalla o del actual intendente Poletti, ambos de diferentes colores políticos. Esto es muy importante, y por el contrario a lo que opina el concejal Zanazzi, se demuestra una muy sana convicción de este grupo de vecinos. Además, es importante destacar la ausencia de líderes. Cuando el colectivo habla, dice o actúa lo hace el colectivo y no una persona. En ese sentido, no importa quienes son estas vecinas y vecinos, lo que importa es que somos todos y hace falta que seamos más y lo seremos.
Hacerse el distraído ya no cabe; no se puede; hay que movilizarse. Estas personas que han levantado las banderas de la salud, de la historia y del medioambiente desde hace años, sufren un desgaste ya que todo su esfuerzo surge de su tiempo, de su dinero y de su espíritu. La recompensa no está en ganar, la recompensa no es dinero, la recompensa es ser un ciudadano libre, entiéndase libre, y que hace la historia de su propio pueblo.
Es lamentable que personas que en algún momento fueron personas, y que vienen de familias queridas, a las cuales ya no dignifican, sean movidas por intereses económicos personales en nombre de la población y del progreso. Sus ideas de un Ramallo o de un mundo más justo sucumben en la primera oportunidad que se presenta, o ¿siempre han sido impostores?
Nos quieren engañar, distraer y dispersar con el cuento del progreso y el desarrollo. Y también con el derrame, pero esta vez con ese recurso neoliberal dicen que va a derramar trabajo, cuando sabemos que lo que se va a derramar es: veneno. Esas teorías son antiguas y ya han demostrado ser ineficientes, y no solo eso, sino que esa búsqueda imposible por este medio nos ha llevado a los peores momentos sociales de nuestro querido país. La industria es necesaria en su sitio, en su espacio y que sea además industria y no reprimarización de una economía cada vez más venenosa. La infamia que promueven quiere esconderse, por cínicos, detrás de la generación de puestos de trabajo en empresas que cada vez sobreexplotan más al trabajador. Ramallo y su gente no necesita eso.
El precio de sus planes es la contaminación de las aguas, el aumento de enfermedades, la degradación del espacio, y también la pérdida de soberanía del Partido en manos de las empresas. Ellos lo saben, pero si es así, por qué siguen adelante: ¡Por qué están tan interesados en concretar intereses de las empresas! ¿Cuál es su real beneficio? ¡Olvidaron ideales o nunca los tuvieron!
La manera de pararlos es la lucha y la movilización, no existe otro modo. Hay que estar ahí poniendo el cuerpo y el espíritu y no es por ganar, los que luchan ya han ganado, es sólo por nosotros y por los que vienen. Estamos en lucha que viene de antes, y que continuará después que nosotros nos hallamos ido.
Ahora es nuestro turno…
(*) Arquitecto por la UNR.
Magister en Estudios Urbanos por la Flacso Sede Ecuador
Doctorando en Planeamiento Urbano y Regional por la UFRJ