Vecinos y turistas expresaron su bronca por las reiteradas fiestas electrónicas en la zona de la playa. Durante el fin de semana se escuchó música en altos niveles, ocasionando molestias a los turistas que llegaron a Ramallo a descansar.

El empresario Walter Cortagerena, concesionario del camping del Club Paraná, expreso su enojo: “Siendo casi las 9 de la mañana, sigo tratando de explicar lo inexplicable, con madres hasta llorando por no haber podido dormir ellas ni sus hijos”

“Alguien me puede explicar de dónde sacamos argumentos para esta gente, que viene a pasarla bien, a descansar.Ya tengo gente que me está pidiendo devolución de su dinero y se retiran” añadió.

El enojo también se trasladó a los vecinos, quienes inundaron las redes de muestra de bronca y resignación. Según los prestadores del servicio de alojamiento, varios turistas decidieron abandonar sus estadías por la reiteración de inconvenientes generados por los ruidos molestos.