El país

El impacto y los rebotes

CAPITAL FEDERAL, Octubre 10.-(Por Mario Wainfeld) Alguien ganó pero todos festejan. Las razones de esa rareza. Mayorías y minorías en la Corte, cómo se llegó. Los efectos de la sentencia. Los tribunales y el arte de ganar tiempo. Qué y cuánto será “razonable”. Otras cautelares admitidas y dudas sobre su proliferación. La opinión de un jurista.  

 

Si al tiempo le pido tiempo

no me lo niega jamás.

Es mío para los otros,

en caso de necesidad.

María Elena Walsh,

“Para los demás”

 

La arena de los ciclos es la misma.

Yo me desangro, no el cristal. El rito

de decantar la arena es infinito

y con la arena se nos va la vida...

Jorge Luis Borges,

“El reloj de arena”

 

La Corte Suprema rechazó el recurso extraordinario interpuesto por el Estado y confirmó la suspensión del plazo del artículo 161 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LdSCA) respecto del Grupo Clarín. Queda latente el término en el que el multimedios deberá adecuar su número de licencias a las nuevas exigencias legales, mientras se sustancia el fondo del juicio de fondo. De eso trataba el pleito, que no abarcaba otros aspectos. Prevaleció la postura de la accionante, Clarín.

 

El plazo de vigencia de la cautelar, estipuló la mayoría de la Corte, debe ser “razonable”, criterio genérico cuya traducción real debe ser pedida, pleiteada y zanjada en las otras dos instancias.

 

Una cláusula central de la ley queda en suspenso, respecto del principal jugador dentro del sistema actual. Hay algo de futurismo en vaticinar cuál será ese plazo, que es una de las medidas de la razonabilidad del fallo. El cronista cree que será demasiado prolongado, implicando el equivalente a una sentencia. El tiempo dirá.

 

Las repercusiones de la sentencia sorprendieron, en especial la reacción serena y en parte elogiosa del oficialismo. La Corte facilitó el portento porque el voto de su mayoría incluyó una restricción temporal (muy imprecisa, ya se dijo) y algunas afirmaciones sobreabundantes que endulzaron el núcleo de la decisión.

 

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La lectura de los otros: El cronista escucha a un juez Supremo, satisfecho y con los primeros “rebotes” de la sentencia. El escriba conserva su escepticismo, lo transmite. “El fallo –replica Su Señoría– confirma la vigencia de la ley de medios, es una política de Estado. La promueve el Ejecutivo, la legisla el Congreso, la Corte la convalida.” El escriba menea la cabeza: la Corte no podía negar la vigencia de la ley ni abordar su constitucionalidad porque no están en cuestión en el recurso. Sus afirmaciones son redundantes. El cortesano insiste, con un argumento de autoridad: “En el Gobierno piensan diferente a usted”. Bueno.

 

El cronista conversa con un importante integrante del Gabinete, que no es abogado, algún día después. “Nos fue mejor que lo que esperábamos. Se ratificó la plena vigencia de la ley. ¿No vio que la tapa de Clarín puso en primer término otro tema, la inseguridad? Si les hubiera sido f

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