LA PLATA, Enero 03.-El decreto firmado por
Además, el uso de las reservas genera vulnerabilidad monetaria y hace aún más frágil a nuestro país ante una espiral inflacionaria que podría generarse en los próximos meses, y que licuaría el poder adquisitivo de la clase media y los sectores populares.
Así es como, muy probablemente, volverá a desaprovecharse la oportunidad que significa que -a nivel mundial- este año se presente con mejores perspectivas económicas que lo ocurrido en 2009, cuando se registró el epicentro de la crisis. La estrategia de incentivar el asistencialismo y clientelismo, y beneficiar solamente a los empresarios amigos de
Tampoco parece que esté en carpeta del Gobierno utilizar el contexto internacional más favorable para generar condiciones que permitan alentar el mercado interno, con créditos accesibles para la pymes y para las familias que no pueden cumplir con el sueño de la casa propia.
En ese contexto, el Gobierno nacional tiene pensado triplicar la cantidad de desocupados que formarán parte del plan de cooperativas “Argentina Trabaja”, mediante el cual se premia a las organizaciones sumisas al Gobierno K. Hasta ahora este programa se estaba instrumentando básicamente en el Conurbano, pero se extendería a otras zonas como Córdoba, Rosario, San Miguel de Tucumán, Santiago del Estero, Salta y San Salvador de Jujuy.
Los números hablan por sí solos: a los 1.200 millones de pesos que se le destinaron en el presupuesto de 2009 al programa “Argentina Trabaja”, se le sumarán 1.500 millones este año y un monto similar en 2011. Está claro que este dinero irá, principalmente, a las arcas de las agrupaciones kirchneristas, lo que podría provocar la furia de los piqueteros que no responden a
La movida es interpretada por muchos como un manotazo de ahogado del matrimonio presidencial que, ante la debacle que sufrió en las últimas elecciones, profundizará el clientelismo político. Existe la creencia en
Pero la oposición, por el momento, no está a la altura de la circunstancias. Tanto en el peronismo no kirchnerista como el panradicalismo se encuentran en un proceso de reacomodamiento, que difícilmente pueda ordenarse este año: recién se dirimirá en las internas del año que viene.
Actualmente, dentro del justicialismo existen al menos cuatro líneas internas como el kirchnerismo (y sus hasta ahora socios intendentes del Conurbano), el duhaldismo, los sectores que responden a Carlos Reutemann y los que se encolumnan detrás de Francisco De Narváez. A ellos se le suma una multiplicidad de espacios personales como el que reúne a los hermanos Rodríguez Saá, al menemismo residual y algunos intendentes bonaerenses que están saliendo del kirchnerismo y aún están definiendo su propia identidad.
Desde los distintos sectores coinciden que una reunificación del justicialismo, para tener chances en las próximas elecciones, exigirá que Kirchner dé un paso al costado y se convierta en un actor secundario, algo que difícilmente acepte el jefe de los pingüinos.
El radicalismo y sus aliados también atraviesan por una situación similar, en la que existen posturas prácticamente irreconciliables entre los que ven al vicepresidente Julio Cobos como la principal figura presidenciable y aquellos que no le perdonan al mendocino haber sido aliado de los Kirchner en las elecciones de 2007.