RAMALLO, Diciembre 09 (Por Fernando Latrille, especial para RamalloCiudad) ¿Todos los menores son delincuentes o todos los delincuentes son menores? ¿Cuáles son las cifras de los delitos que se cometen en la provincia de Buenos Aires y cuántos de esos delitos son cometidos por menores? ¿Cuántos menores participaron de asesinatos por robo? ¿Cuáles son las cifras que se manejan? ¿Existen cifras sobre los ilícitos y asesinatos que se cometen en el país? Uno cree que preguntas como estas y muchas otras más nos deberíamos formular para dar cuenta si estamos hablando de sensación creada por las empresas mediáticas o estamos en presencia de algo que realmente es preocupante y es por eso que la repercusión mediática sobre el tema inseguridad debe respetarse.
El tema inseguridad ocupa la gran parte de los noticieros, de las radios, y también de los diarios. Está instalado en la agenda mediática con un propósito que es el de generar temor. Los medios masivos de comunicación tienen muy claro como transmitir noticias de inseguridad para generar un mayor impacto en los televidentes. Los casos de inseguridad son transmitidos con música de fondo, puede ser de suspenso o terror. Si hay un asesinato es fundamental para los medios contar con los testimonios de los familiares afectados, transmitir ese dolor muy lejos de la razón.
Otro efecto incorporado en los noticieros es la teatralización a la cual también se recurre cuando no hay imágenes de las víctimas. Si hay un asesinato, la lógica es transmitirlo una y otra vez provocando que ese muerto se multiplique con el transcurrir de las horas. Al repetir y reiterar el tema una y otra vez generan pánico o la sensación que lleva a la repetición de frases hechas “te matan por nada”, o “no se puede vivir más”, expresiones banales que forman parte del pensamiento colectivo de cierta clase media bombardeada mediáticamente y presa de esos espejos deformantes que son el resultado más abominable de lo que los grandes medios generan al instalar este tema.
A decir de Alejandro Dolina, que definió a los medios como espejos que deforman la realidad y que poco tienen que ver con lo que realmente pasa, se puede decir que lo que sucede con el tema inseguridad es un claro ejemplo para dar cuenta de esa mentira instalada por parte de los grandes medios de comunicación. Y es mentira ya que instalan un tema sin la rigurosidad debida que demanda la profesión periodística. Esto es, ir a los números para saber cuál es la verdadera situación, si existen cifras que revelen o permitan afirmar, negar, o sostener lo que se dice. Pues no. Ese trabajo no se hace. Solamente se trabaja en base a sensaciones. Mientras más lugar del noticiero se le de al tema inseguridad, más instalado estará el tema en la sociedad. Y los medios logran su propósito con excelentes resultados. Se habla de inseguridad como del clima. En el supermercado, en el almacén, en la panadería, en la verdulería. Frases como “qué calor”, “yo no sé qué va a pasar con este país”, “vio que robaron y siguen matando como si nada”, forman parte ya de las conversaciones ocasionales entre vecinos, desconocidos y conocidos. Son los que creen que hablan mientras son hablados. Forman parte del hombre enajenado, ya no habla por él, no decide por él, no piensa por él, sino por los medios. Su pensamiento es el de los medios. Esas frases, muletillas, fueron repetidas millones de veces por los grandes medios de comunicación. Han penetrado en la cabeza de los consumidores, de gran parte de la ciudadanía que repite lo que los medos dicen. ¿Pero cuál es la realidad?
Los números que los medios esconden
Muy a contramano de la sensación creada por algunos medios y voceros policiales, la Procuración General Bonaerense ofrece cifras que son muy bajas de acuerdo a la participación de menores en delitos que se cometen.
Los informes de la Procuración General de la provincia de Buenos Aires sobre las causas iniciadas en el primer semestre de 2009 indican que los menores de 18 años cometieron sólo el 4 por ciento de los delitos registrados en el nivel provincial, mientras que dentro de ese porcentaje sólo el 0,10 por ciento de los casos se trató de homicidios en ocasión de robo.
Cifras que ocultan los grandes medios de comunicación, porque de esa forma no podrían instalar a fuerza de repetición, que la inseguridad es el gran flagelo que azota al país, y que los menores son los responsables de ella. Algo que dista mucho de la realidad que ofrecen los números, las estadísticas. Y quizás por ello las ocultan para poder seguir con su tema en la agenda y generar el pánico en la sociedad.
Según datos del Ministerio de Justicia en Argentina el promedio de homicidios dolosos se ubica en el 5,3 cada cien mil habitantes, mientras que el promedio en la región alcanza el 25 cada 100 mil.
El no reflejar las estadísticas, los números, el no recurrir al registro de lo que realmente sucede y buscar incrementar la sensación de que todo es un caos, es el propósito de los grandes medios de comunicación que ocultan parte de la información fundamental que de hacerla pública les permitiría informar con veracidad de lo que realmente sucede en el país, en la provincia de Buenos Aires.