El país

Hacerse los rulos

CAPITAL FEDERAL, Marzo 06.-(Por Mario Wainfeld) La historia de los rulos en meses recientes. Los apresurados de fin de octubre. La dilación de la candidatura presidencial, un mensaje a los presuntos acompañantes. Santa Fe y Córdoba, en operaciones. Una reforma imposible y un debate sobre el escribidor.

 

El día en que falleció Néstor Kirchner las peluquerías políticas no daban abasto para atender a quienes querían hacerse los rulos. Dirigentes opositores (desde ya), comunicadores, líderes corporativos e incluso integrantes del Frente para la Victoria (FpV) hacían cola. Es latoso y hasta insalubre releer lo que se dijo y escribió en esos días o evocar lo que se pensó, a menudo en voz alta. Si se acepta una paráfrasis irónica, la partida del ex presidente se tradujo como el fin del kirchnerismo, tout court. El binomio que lo condujo no era tal, la Presidenta apenas superaba el rol de un cero a la izquierda. No podría controlar la indómita caja de Pandora del peronismo ni mucho menos gobernar. Hubo quienes frisaron la teoría de que no podría entrar en la Casa Rosada o manejar la botonera.

 

El entusiasmo comenzó a deshilacharse en cuestión de horas, a medida que cobraba cuerpo la movilización masiva, policlasista y espontánea. El apoyo popular, aunque muy lejano a la unanimidad, despabiló a muchos, desconcertó a todos, vigorizó a la mandataria. “Fuerza Cristina” fue la consigna y también el efecto, que obró dialécticamente contra sus adversarios.

 

En ese ínterin, el gobernador Daniel Scioli emitió la frase “si Cristina no quiere ser candidata, iré yo” ante referentes peronistas varios. En su entorno la excitación y el descontrol fueron mayores. La aseveración robusteció desconfianzas preexistentes y enconos de quienes deploraron el mal momento en que se emitió. De cualquier modo, su traducción actual debe hacerse considerando que Cristina Fernández de Kirchner “quiere ser” y, sobre todo, tiene con qué.

 

En apenas más de un cuatrimestre, la Presidenta mantuvo el control y el liderazgo. Encaró “al modo K” la crisis producida por los terribles hechos del Parque Indoamericano. Estos no están saldados para nada, ni judicial ni políticamente. Pero el cambio de paradigma en materia de seguridad, el recorte de facultades y el cambio de autoridades de la Policía Federal, la creación del ministerio conducido por Nilda Garré fueron respuestas coherentes, correctas y arriesgadas. Quienes recriminan hoy que un problema central del sistema democrático no fue resuelto en un santiamén subestiman (adrede y de mala fe) su dimensión. Lo cierto es que se enfiló en el mejor sentido, lo demás comienza a hacerse.

 

En la áspera arena de las operaciones políticas, el oficialismo avanzó también. Quizás el mejor ejemplo fue la resolución de la interna de Santa Fe (sobre la que se dirá algo más líneas abajo), relegando al reutemismo.

 

El devenir de la economía se mantiene en standards auspiciosos para los afanes oficialistas. La Asignación prenatal por hijo, anunciada el martes, pule una institución que tiene sus zonas grises y no ampara a todos los que debería, pero que es un salto cualitativo en políticas sociales, con enorme impacto en el bolsillo de los más humildes y del desarrollo local.

 

La Presidenta puntea holgadamente en las encuestas, sigue en ascenso desde hace más de un año. No es muy forzado fijar su punto de inflexión en el momento en que se implementó la Asignación Universal por Hijo (fines de 2009).

 

La “batalla cultural” contra la derecha real y los multimedios, comenzada con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, no ha terminado pero ha invertido la relación de fuerzas.

 

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Nuevo escenario, nuevas acechanzas: Un nuevo escenario, a poco más de cinco meses de las primarias y siete de las presidenciales, genera acechanzas de otro calibre. A todas las imaginables y a lo inesperado (que siempre puede ocurrir) se añade una percepción extendida y prematura. Con demasiada antelación, en tiendas propias y extrañas, se da por hecha la reelección. Eso exacerba el furor de los multimedios que se van qued

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