Panorama político bonaerense

La soledad en el poder como principio siempre presente

El ex presidente Néstor Kirchner le reclamó públicamente a Daniel Scioli por la implementación de medidas contra la inseguridad.
El ex presidente Néstor Kirchner le reclamó públicamente a Daniel Scioli por la implementación de medidas contra la inseguridad.

Por Martín López Lastra

 

El gobernador Daniel Scioli ha estado reposando con tranquilidad sobre aquella hipótesis del análisis político en el cual coinciden distintas expresiones y puntos de vista, relativos a que tiene una imagen a prueba de balas.  Esto debe leerse en el buen sentido político respecto de si las críticas producen o no vinculaciones con una supuesta baja en su inserción en el espacio público y el buen concepto de toda la dirigencia política.

 

En los últimos tiempos hay envalentonados políticos desde el seno oficialista kirchnerista duro y desde la oposición que sostienen que ese principio adjudicado a Scioli ha tenido alguna debilidad desde las famosas candidaturas testimoniales, apoyo incondicional al matrimonio Kirchner y, sobre todo la inseguridad.

 

En más de una ocasión el mandatario provincial ha tratado de esquivar esas balas a modo de críticas hasta que el tiempo le puso plazos para una definición.  Tras las elecciones la opción se convirtió entre seguir a la deriva en el mar de las ambigüedades o mostrar con nitidez su lugar de ubicación en el espectro político.  Así, fallo en un divorcio político del oficialismo nacional, porque no supo o no pudo construir una alternativa y su aceptación vertical del discurso kirchnerista fue aún más ortodoxa.

 

Lo notable de todo esto es la falta de contraprestación hacia tanta fidelidad, a veces demostrada en exceso en el propio discurso del mandatario.

 

 

 

La definición del diputado nacional y ex Presidente Néstor Kirchner acerca de la necesidad de “tomar definiciones fuertes” en materia de seguridad a metros del gobernador Daniel Scioli sonó más como un reproche hacia un subordinado que como un sano consejo.  El mandatario provincial esperaba algún fuerte apoyo a una delicada situación planteada a partir de la denuncia del ministro Stornelli sobre presunto complot en la más salvaje ola de inseguridad de los últimos años.

 

La falta de reacción desde el sciolismo, traducida en silencio oficial, hizo el resto y cerró el círculo.  Los intentos por aportar argumentos poco creíbles hubieran significado abrir un frente o fisura para el cual nadie en el oficialismo provincial parece capacitado para sostener en el tiempo.

 

El silencio habla y mucho a favor del matrimonio Kirchner. El temor o la especulación alimentan la quietud de muchos operadores políticos que prefieren dejar a Scioli en la soledad más extrema y ni siquiera se ofrecen a operar con algunos buenos oficios para mediar y evitar que este tipo de desprolijidades se repitan.

 

Puede ser aceptable, aunque no justificado en los legisladores provinciales. Después de todo tienen su autonomía para una libre opinión sin ataduras extremas a un discurso.

 

Pero el grave problema de comunicación que pasa el Sciolismo –lo cual es grave en quienes hacen de esta disciplina algo central en la gestión- es el silencio de muchos funcionarios.

 

En los últimos días circuló y con preocupación en las primeras líneas del gabinete provincial la falta de impulso público a las obras del gobierno y una elección por el “no te metas” en el debate de los principales casos de agenda.

 

Exceptuaron al respecto al ministro de Seguridad Carlos Stornelli, quien ha comprendido finalmente que el silencio oficial es conceder terreno de batalla a los adversarios y en el área de salud a raíz del recambio del ministro Claudio Zin.<

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