Por
dicho motivo, RamaloCiudad dialogó
con Rosario Dignani, docente hoy
jubilada, de enseñanza primaria , asistente educacional y maestra especializada
en dificultades de aprendizaje, quien finalizó su carrera siendo directora de
la Escuela Especial N° 502 de Pérez Millán.
¿CÓMO
Y POR QUÉ ELIGIÓ LA CARRERA DOCENTE?
Terminada
la secundaria, en ese momento medios para ir a estudiar a Rosario no había,
entonces yo creo que la docencia la llevaba, y con un grupo de compañeras mías
estudiamos en la Escuela Normal de San Nicolás, que fue la carrera a cargo de
base.
En
ese momento, estaba el cambio de maestra normal nacional, a profesora de
enseñanza primaria. Me recibí en el año 79, y arranqué en la escuela N° 5..
¿CÓMO
FUE COMENZAR CON LA DOCENCIA?
Fue
con mucho miedo, porque uno está cargado de cosas, no es la mismo pasar de la
teoría a la práctica, es toda una experiencia que hay que ir construyendo, y te
va fortaleciendo a lo largo de la carrera, porque necesitás esa experiencia y
sentirte confiada, en el cargo y segura.
Comencé
con una suplencia, donde tenía 47 chicos, con distintas características, si
bien el grupo de docentes me apoyaba, yo era muy jovencita, en julio recién
dieron el desdoblamiento y ya me quedé con un grupo.
¿CÓMO
FUE ESA PRÁCTICA DE ENSEÑAR?
En
el año 80, no había fotocopias, hacíamos las prácticas en San Nicolás, era
viajar con un montón de material, por ejemplo, una compañera tenía que dar del
camalote, y se tuvo que ir con el padre al río a buscar un camalote, cosa que
ahora se ha perdido un poquito esto, sobre todo en los primeros grados donde el
chico necesita ver y comprobar a través de la percepción; era preparar el
material con carbónico.
Y
después cuando empezamos a trabajar era preparar la carpeta por semanas, y era
venir de la escuela y ponerte a trabajar, conseguir el material, había mucha
vocación, uno cuando elige esta carrera no pensás en lo que te puede dar, ni
siquiera llegue a pensar que iba a terminar de directora en una escuela
especial.
Yo
quería ser maestra, siempre me gusto ser maestra, es más, yo estuve diez años
frente a la docencia, pasando por diferentes años, y los mejores recuerdos los
tengo en la Escuela N° 4, de Villa General
Savio, tengo lindos recuerdos,
eran nenes tan cariñosos y tan buenos, y los mejores recuerdos de esos diez
años donde pasé por diferentes escuelas.
Después
seguí estudiando en San Nicolás y Pergamino, donde me recibí de asistente
educacional, y maestra especializada en dificultades de aprendizaje, ahí pedí
movimiento al área psicología, estuve como maestra recuperadora en la Escuela Nº
1 durante diez años, del 90 al 2000, ahí tuve como compañera a Marcela (Moré),
tengo los mejores recuerdos.
A mí me encantaba leer y me encantaba
actualizarme, y ahí me fui metiendo en la construcción del aprendizaje a través
del chico y del error, que el chico va aprendiendo sin que el error lo marcara;
y me fui metiendo responsablemente, a través de la capacitación y la lectura y
los cursos, se trabajaba recuperador, dentro y fuera del aula, ahora se trabaja
dentro del aula, que es como realmente tiene que ser, y dando orientación al
docente y trabajando a la par del docente.
Hice
infinidad de cursos, y en el año 92 nació mi hijo Agustín con Síndrome de Down,
en parte eso me marcó, y pedí movimiento en escuela especial, y ahí estuve los
últimos diez años de mi carrera, sobre todo como maestra integradora, es más,
soy una defensora de la integración, mi hijo está integrado desde el jardín de
infantes, estuve diez años hasta que surgió esta posibilidad que se creó en
Pérez Millán la Escuela Especial N° 502, y rendí como directora, yo nunca me lo
hubiera imaginado y me quede en Pérez los últimos tres años, del 2012 al 2015,
y ahí estuve hasta el 31 de julio.
Es
decir, fui construyendo ese rol de ser docente, frente a los nenes, siempre
extrañé ser maestra de grado, porque ser docente uno lo lleva en el corazón, y
extrañé muchísimo eso; y cuánta agua ha pasado bajo el puente, porque hemos
pasado de preparar esas clases con sacrificio ala era de la tecnología, fueron 36
años desde que me recibí y he ido viendo todo este cambio.
¿QUÉ
CREE QUE ES LO BUENO Y LO MALO DE SER DOCENTE?
Lo
bueno, es que vos lo hagas con vocación, porque ahí vas a hacer una verdadera
entrega día a día con tus chicos y vas a ver aquel que va aprendiendo rápido, y
fortaleciéndolo, y aquel que le cuesta te vas a sentar al lado y le vas a
enseñar.
Lo
que estoy viendo, con muchísima
preocupación, es que se ha perdido el
acto de enseñar, como que los tema se dan y
a veces no se profundizan, no todos, sé que hay muchos que estudiaron
por vocación, yo creo que es como todo, no tener vocación en lo que hacés, es
preocupante, porque nosotros trabajamos con seres humanos.
Por
eso, el que dice que la carrera del docente es fácil, son dos años, tenés un
sueldo seguro, tenés un aporte, la carrera del docente no termina cuando te dan
un título, ahí empieza, hay que actualizarte día a día, tenés que capacitarte
entregar lo que más puedas en este trabajo, que si realmente tenés vocación, es
el trabajo más lindo del mundo, y yo creo que no me equivoque al elegir esta
carrera. (www.RamalloCiudad.com.ar)