La provincia

Sin respiro

Scioli y Casal en el hospital de Gonnet con el marido y la madre de la embarazada baleada.
Scioli y Casal en el hospital de Gonnet con el marido y la madre de la embarazada baleada.

LA PLATA, Agosto 01.-(Por Marisa Alvarez) La política está más entretenida que de costumbre en la Provincia. La decisión de Néstor Kirchner de terminar de instalar en este territorio toda la artillería que requiera su objetivo de volver a la Casa Rosada en el 2011, y una agudización de las siempre convulsionadas internas de los principales espacios opositores, ocupan a los referentes de todos los sectores.

 

Son tan coloridas las jugarretas políticas -no son más que eso, por ahora- de este tiempo que hasta podrían entretener también a la sociedad... Si no fuera porque la delincuencia no les da respiro a los bonaerenses, logrando que no puedan distraerse de su preocupación casi excluyente, la inseguridad.

 

Esta semana fue el salvaje asalto a una mujer embarazada el que vino a reafirmar el miedo con que viven los bonaerenses. Baleada, la mujer aún está en terapia intensiva y su hijo, nacido de urgencia porque su madre se desangraba, está en situación crítica. El caso ganó los noticieros y las tapas de los diarios por sus aristas especialmente dramáticas. Pero no constituyó una excepción. Un repaso de las últimas estadísticas disponibles nos recuerda que, en promedio muere, víctima de un asalto, un bonaerense cada cuatro días. Y que se cometen cinco robos con armas por hora en la Provincia.

 

El ataque a la joven platense embarazada fue una típica "salidera bancaria" y cometido por delincuentes que se movilizaban en moto. Así, por estas horas se discute, donde deben definirse las políticas de seguridad, los sistemas de vigilancia de los bancos y la modalidad "motochorros". Las salideras, la mayoría con graves ataques físicos a las víctimas, son cosa de todos los días en la Provincia y no hay dudas de que, como dicen los expertos, el sistema de seguridad bancario es "un colador" que exige un rediseño de su funcionamiento. Y está claro también que la hiperactividad impune de los "motochorros" requiere mecanismos específicos para combatirla.

 

DE TODO, TODO EL TIEMPO

 

El tema es que esta vez fue una salidera combinada con motochorros, con características gravísimas, la que activó la búsqueda de soluciones para esas modalidades delictivas. Pero mientras se pone el foco en esos delitos, siguen ocurriendo todo el tiempo los robos de autos que forman parte de la tan comentada como impune cadena que incluye a los desarmaderos y la venta de repuestos originados en esos asaltos, y que cíclicamente -con el asesinato de la víctima- vuelven al centro de la escena.

 

Siguen sucediendo todo el tiempo también los delitos cometidos por menores "usados" por adultos, signados por la brutalidad de quienes saben que no serán condenados ni aún por un asesinato. Y siguen los episodios de una de las modalidades más comunes y tortuosas para las víctimas, esa especie de secuestro express, a través del cual una persona es retenida en su auto bajo permanentes amenazas de muerte, mientras se la lleva a los cajeros para sacar plata, o se le exige que lleve a sus raptores a su casa para saquearla, o se la obliga a pedir a su familia que pague una suerte de mini-rescate, según la variante que se les ocurra a los delincuentes.

 

Siguen, como si nada, los robos a mano armada en los comercios, en las viviendas. Y el flagelo del narcotráfico, en tanto, no parece demasiado afectado en el territorio bonaerense por la acción policial.

 

VIOLENCIA EXTREMA

 

Los delincuentes, por lo demás, ya casi ni se molestan en ver cómo pueden robar sin la "participación" de sus víctimas. Tener un arma de fuego es tan sencillo como barato y encarar con ella a quienes serán despojados -muchas veces de lo poco que tienen- parece estar convirtiéndose en una pasión. La carga de violencia innecesaria signa, asimismo, a la mayoría de los delitos que se cometen en la Provincia. Como fue asesinado Santiago Urbani hace unos meses dentro de su casa en Tigre sin haberse resistido, fue baleada el jueves la joven embarazada en una calle de La Plata mientras rogaba a los asaltantes que no le hicieran nada, pedía por la vida de su bebé.

 

Un episodio extremadamente violento vuelve a poner cada tanto en el ojo de la tormenta a alguna de esas modalidades delictivas. Y suelen surgir también, con esos casos, las discusiones sobre la Justicia

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