La Provincia

A sangre fría

El caso de Sandra Almirón, la maestra asesinada en Derqui, acentuó el reclamo de seguridad en la Provincia
El caso de Sandra Almirón, la maestra asesinada en Derqui, acentuó el reclamo de seguridad en la Provincia

LA PLATA, Noviembre 29.-(Por Marisa Alvarez) Hace siete semanas que las muertes de bonaerenses a manos de asaltantes a sangre fría, marcando la profundidad de una pesadilla insoportable, se convierte a la hora de trazar un panorama de la realidad provincial en tema inevitable y excluyente, pese a los críticos problemas que se registran también en otras áreas. Es que la situación de inseguridad no sólo no cede, sino que los responsables de combatirla siguen corriendo detrás de las muertes consumadas, de las reacciones públicas de los vecinos de las víctimas, para colocar, apenas y en el mejor de los casos, parches en ese lugar.

 

La violencia extrema del accionar delictivo en la Provincia saltó a las primeras planas el 10 de octubre cuando Santiago Urbani, un estudiante de 18 años, fue asesinado en su casa de Tigre. Desde entonces supimos de la muerte, a manos siempre de asaltantes, de dos maestras -una en el norte y otra en el sur del Conurbano-; de un joven bancario en el oeste del Gran Buenos Aires, en una zona donde también hirieron gravemente a un ex futbolista; del doble y salvaje crimen de una madre y su hijo en City Bell por haber denunciado a los autores de un robo.

 

En el medio, hubo otras muertes en asaltos que trascendieron menos o no trascendieron, como la de un joven de 20 años que hacía changas, en el oeste-norte del Conurbano. A la mayoría les robaron el auto. Pero no a todos (la víctima del último caso mencionado, por ejemplo, esperaba el colectivo cuando lo atacaron). Y centenares de ciudadanos por día sufren secuestros expres, asaltos bajo el signo de las constantes amenazas de muerte, virtuales secuestros dentro de sus casas, despojos de lo que poco que poseen.

 

Las estadísticas oficiales sobre las causas iniciadas durante el primer semestre -no todos los hechos terminan en denuncias e investigaciones- dicen que, en promedio, en algún lugar de la Provincia se producen un asesinato en asalto cada cuatro días, un robo cada dos minutos -de los cuales, uno cada 11 minutos es a mano armada-, un secuestro extorsivo cada semana.

 

REACCIONES INQUIETANTES

 

Algunas reacciones de funcionarios responsables de la seguridad obligan a este repaso sobre la cantidad de delitos y su diversificación en materia de modalidades, "tipo" de víctimas, lugares y objetos del robo. Cuando mataron a la maestra de Wilde, mandaron a la Gendarmería a esa localidad de Avellaneda. Luego de que asesinaron a la docente de Derqui (en Pilar) decidieron instalar un grupo Halcón en el norte del Conurbano. En estas semanas allanaron varias veces la villa Carlos Gardel en busca de homicidas, pero los delincuentes siguen entrando y saliendo de allí, con personas secuestradas, como si nada. Cuando creció la protesta vecinal en Wilde dijeron que había "infiltrados políticos". Y algunos funcionarios consideran "sugestivo" que las dos últimas víctimas mortales de robos conocidas, fueran maestras. Lo que creen es que "alguien" se ha organizado para matar docentes, en otra evidencia inquietante de que los árboles no les dejan ver el bosque.

 

Sería bueno que escucharan a los familiares de las víctimas de todos los casos resonantes de las últimas semanas: todos ellos, en invalorables gestos de conciencia ciudadana en medio del dolor, han puntualizado públicamente que le pudo haber pasado a cualquier otro ciudadano, que esto ocurre todo el tiempo y que quisieran que "al menos" la muerte de su ser querido sirva para que se tomen medidas que eviten futuras muertes.

 

IMPULSO DE MEDIDAS

 

En este marco, el gobernador Scioli anunció hace dos días que presentará a los legisladores un proyecto que establezca mayores limitaciones para las excarcelaciones de los autores de asaltos con armas de fuego y de quienes "utilicen" a menores para cometer delitos graves.

 

Será la segunda reforma de las normas vinculadas a las excarcelaciones que presentará Scioli en estos dos años de gestión. Les pedirá a los legisladores urgente sanción de esos cambios junto con un pedido similar para la aprobación de un Código de Faltas que se presenta como "mayores atribuciones para la Policía en la calle" pero que no tiene nada que ver con los delitos graves y sí con ocupar a los uniformados en cuestiones municipales tales como los ruidos molestos, la ebriedad en la vía pública y la pegatina de carteles en paredes sin autorización. La iniciativa, por lo demás, mezcla esas infracciones con delitos que ya están tipificados como tales pero sobre los cuales nadie -ni la Policía ni

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