A medida que pasa el tiempo y las dos leyes (la nacional y la provincial) de internas para la selección de los candidatos siguen sin reglamentarse, crecen algunas inquietudes en las filas del oficialismo bonaerense, en particular entre los intendentes, que en el 2011 masivamente buscarán sus reelecciones.
"No tenemos que permitir las colectoras", planteó Hugo Curto (Tres de Febrero) en una cena que el martes último reunió a Hugo Moyano con otros consejeros del PJ provincial.
Ocurre que la muerte de Néstor Kirchner -quien diseñaba una estrategia para volver a utilizar ese mecanismo- no ha disipado en la tropa bonaerense el temor de que en las cumbres del oficialismo finalmente se decida apelar a esa alternativa. A los intendentes les quita el sueño la posible combinación de colectoras (más de una lista de candidatos a jefes comunales -y/o para gobernador- enganchadas a un mismo candidato presidencial) con el sistema D'Hont, cuya aplicación establece la nueva ley de internas (y que determinaría una alta inserción de postulantes por la minoría en las listas definitivas). Más de uno sospecha que la suma de esos dos factores sería letal para su futuro.
ADVERTENCIA
Mientras tanto, el juez que tiene desde 1983 la tarea de organizar y desarrollar el proceso electoral en
Desde
OTRA VEZ
En otro orden, otra vez algunos hechos de extrema gravedad han venido a reponer en el primer plano la preocupación de los bonaerenses por la crisis permanente de seguridad que se vive en
Fueron esta vez tres policías los que, con pocas horas de diferencia, murieron por las balas de delincuentes. Uno de ellos fue ejecutado en un asalto a una pizzería, un hecho en el que la víctima pudo ser cualquier otro ciudadano. Pero nítidamente la inquietud del gobierno provincial se concentró en el ataque a un camión blindado que transportaba siete millones de dólares.
El hecho de que en ese caso actuara una banda numerosa, que exhibió armas de guerra y acribilló sin piedad a dos policías, en un accionar definido como "golpe comando", y sin embargo desistió de concretar el robo, generó en la administración de Daniel Scioli sospechas de que se estaría frente a un grupo de delincuentes que no podrían definirse como "comunes".
Así, aunque nada han dicho -y posiblemente no dirán nunca- en público, en el gobierno provincial hay varios funcionarios convencidos de que en el asalto al blindado actuaron actuales o ex "servicios" (agentes de inteligencia). Otros creen que participaron ex militares.
Y especulan con que además de la intención de hacerse del botín, la banda apuntó a "desestabilizar" a través del impacto que tienen operaciones tan sangrientas y desarrolladas con "equipamiento" impresionante. Mientras tanto, en ese ámbito rezan para que no haya policías de