La violencia contra la mujer, en cualquiera de sus formas, a lo largo del ciclo de vida y tanto en el ámbito público como privado constituye una violación de los derechos humanos.
La violencia familiar es la violencia simbólica y física contra ciudadanos/as que pareciera que no gozan de los mismos derechos a pesar de las leyes que así lo dicen. Es necesario reconocer que vivimos una cultura profundamente desigual, que le cuesta asumir que el problema de la inequidad de género es un problema fundante de la inequidad social.
Hay formas de violencia toleradas y legitimadas socialmente, hay sujetos a quienes se le atribuye históricamente el derecho de ejercer la violencia y hay destinatarias/os históricos de esa violencia.
Integrar las perspectivas de género y violencia de forma transversal en la construcción de abordajes completos, que asuman la problemática desde la complejidad de las redes sociales, resulta fundamental para sustentar políticas públicas de transformación fuerte y efectiva.
Debemos favorecer que las personas conozcan otras posibilidades de vivir desde la erradicación de la violencia y la desigualdad social para la construcción de vínculos fraternos y equitativos.
Subsecretaria del Menor,
Municipalidad de Ramallo