La Provincia

El juego de las diferencias

LA PLATA, Enero 17.-(Por Marisa Alvarez) Hace unas horas, en este diario se recibía un correo electrónico de una mujer que, aunque no se definió como proveedora del Estado bonaerense o de algún municipio de la Provincia, muy probablemente lo sea, a juzgar por la inquietud que planteó en su carta.

 

Se preguntaba porqué "el gobernador Scioli les está pagando a los proveedores con bonos y la Presidenta informa que tenemos excedentes de reservas en el Banco Central". Comentaba que inclusive las comunas están pagando con esos títulos y ponía un ejemplo: Pilar. Concluía: "es asombroso, nos sobra plata y las provincias emiten bonos".

 

Cualquier economista le daría una larga serie de explicaciones a esta ciudadana, que en su carta se identificó con nombre y apellido y con número de DNI. Le diría, por ejemplo, y con justeza, que las reservas del Banco Central no son fondos disponibles para el Gobierno, son el respaldo del dinero circulante en el país, para que esa masa monetaria -la que está en manos de la gente- no pierda su valor y mantenga su "poder de compra". Le diría que por eso está bajo discusión por estos días si el Gobierno puede usar los "excedentes" de las reservas para pagar deuda externa nacional. Y que, definitivamente, no puede utilizarlas para enjuagar déficits de las provincias. Lo prohíben las normas vigentes y los criterios de sana administración pública financiera y económica. Hacer lo contrario provocaría un descalabro que tendría graves consecuencias para el Estado nacional y para todas las provincias.

 

Le podría explicar muchas otras cosas, indubitablemente ciertas, un economista a esta probable proveedora del Estado bonaerense. Pero lo que la mujer está preguntando, en realidad, es algo bastante más difícil de responder. Está planteando, en suma, cómo se entiende esta dual realidad de "país rico -al menos en los discursos oficiales- con provincias pobres".

 

UNOS Y OTROS

 

El gobierno provincial "pagó" con bonos que vencerán dentro de dos años 850 millones de pesos que les adeuda a proveedores de bienes, obras y servicios del Estado bonaerense, entre otras medidas, para poder abonar sueldos y aguinaldo de diciembre al cabo de un año que cerró con un déficit cercano a los 6 mil millones de pesos.

 

Pero para este año las previsiones bonaerenses son aún mucho peores. El gobierno estima oficialmente que le faltarán 10.600 millones de pesos (unos 2.800 millones de dólares) para cubrir los gastos esenciales de los servicios básicos en educación, seguridad, salud y asistencia social y pagar los vencimientos de su propia deuda. Y si suma el aumento salarial que, sin duda, tendrá que otorgar, la necesidad de financiamiento de la Provincia ascenderá a por lo menos 3.550 millones de dólares. Frente a semejante agujero, se prevé que la administración federal sólo contribuya refinanciando la deuda bonaerense con el propio Estado nacional, del orden de los mil millones de dólares.

 

Mientras tanto, la Casa Rosada presentó para este año un Presupuesto que prevé saldo superavitario y que incluye el pago de los 6.569 millones de dólares de los vencimientos de deudas. Pero ahora el gobierno de CK buscar pagar esas obligaciones con reservas para un doble objetivo: poder disponer de esa suma para gastos corrientes y propiciar un acuerdo con los acreedores de la porción de la deuda externa todavía en default. Si alcanzara ese acuerdo, se le facilitaría la toma de crédito en los mercados internacionales, virtualmente cerrados para el país a no ser que se paguen tasas de interés disparatadas, superiores al 14% anual en un mundo donde la "tasa normal" ronda los 3 puntos. De esa manera, la Nación podría continuar expandiendo el gasto.

 

Y en ese punto es donde el gobierno de Scioli comparte con la Casa Rosada la preocupación por la crisis que ha estallado en torno del uso de las reservas del Banco Central. Si el país, en lugar de acordar el pago de la deuda aún en default, acrecienta las incertidumbres que alimenta en los mercados externos, la Provincia verá también frustrado su objetivo de poder tomar prestados en ellos los casi 10 mil millones de pesos (2.600 millones de dólares) que le seguirán faltando aún cuando la Nación le refinancie su acreencia.

 

La diferencia sustancial, en suma, reside en que la Casa Rosada aspira a tomar crédito externo para aumentar el nivel del gasto -con el que podría apuntalar su proyecto para el 2011- y el gobierno de Scioli necesita esos préstamos para mantener, apenas, el funcionamiento básico de la maquinaria estatal provincial y los servicios esenciales que presta. Y de sus dificultades dramáticas para obtener crédito hubo una prueba esta semana: tras meses de gestiones, el gobierno bonaerense logró que cinco bancos nacionales se juntaran p

Comentarios