La Provincia

Preguntas

El gobernador respaldo al ministro de seguridad.
El gobernador respaldo al ministro de seguridad.

LA PLATA, Diciembre 20.-(Por MARISA ALVAREZ) A principios de la semana que pasó, los bonaerenses aguardaban como pocas veces respuestas contundentes -de ésas que se expresan en acciones- a la manifiesta y letal ineficiencia del área de Seguridad y de la Policía en particular.

 

Las increíbles negligencias cometidas en el caso Pomar y el nivel de ineficacia alcanzado en la tarea de prevención -fácilmente medible por el efecto devastador del accionar delictivo- habían colocado al gobierno de Daniel Scioli en situación de crisis en esa materia. Esa materia en la que lo que se juega es la vida.

 

Y fue entonces cuando el ministro Carlos Stornelli presentó una denuncia en la que sostuvo que existe un complot para desestabilizarlo, tramado por policías que se vieron afectados por los cambios que él efectuó en la dirección de prevención del robo de automotores de la fuerza, y consistente en pagarles a menores para asesinar mujeres.

 

Lamentablemente, la historia de la Policía bonaerense está plagada de casos de uniformados lanzados a delinquir. Los hubo, frecuentemente, en bandas dedicadas a asaltos mayores, a la piratería del asfalto y a los secuestros extorsivos. Las "zonas liberadas" para los ladrones que periódicamente se generan desde algunas comisarías constituyen un reclamo reiterado de barrios de cualquier punto de la Provincia. La llamativa ignorancia policial de los lugares donde se venden drogas en cada localidad, conocidos por todos los vecinos, es también un capítulo recurrente de los tenebrosos vínculos y sociedades que suelen darse entre uniformados y delincuentes.

 

Esto ocurre en un virtual ejército de 54 mil hombres, que obliga a cada gestión política en el área de Seguridad a prestar especial atención a los reclamos ciudadanos vinculados con situaciones de ese tipo y ejercer un estricto control interno, con la misma dedicación con que se supervisa la calidad del servicio de prevención y represión del delito.

 

Pero en la denuncia que radicó Stornelli en la Justicia la víctima es él. Según ese escrito, un grupo de policías -incluidos altos jefes- que participaban, desde sus funciones, del entramado delictivo que se genera en torno de los autos, y que se vieron afectados en su "negocio" por medidas que él adoptó hace un mes en el área Automotores de la fuerza, armaron un complot en su contra y salieron a contratar menores para que mataran mujeres en simulados robos de autos, con el objetivo de "derrocar" al ministro (a él) como consecuencia de la conmoción social que provocarían tales crímenes.

 

La única "prueba" que aporta el ministro es la enumeración de los casos de las tres mujeres asesinadas en robos de autos en el último mes, a partir del "día siguiente" de los cambios que él introdujo en el área mencionada. No da nombres de los presuntos corruptos y complotados. Admite que su presentación se basó en "información anónima". Y el contenido de la denuncia, así, mostró vacíos y abrió dudas.

 

¿Cómo es posible que la cúpula policial y el propio ministro desconocieran durante dos años que en el área Automotores se hacían "negocios espurios" -como los definió de manera benevolente Stornelli en su denuncia, porque, por lo que sugiere, se trataría lisa y llanamente de delitos- de una dimensión tal como para generar una reacción tan siniestra? Si los afectados no hubieran reaccionado organizándose para salir a matar mujeres, ¿alguna vez hubieran detectado esa corrupción?

 

La nueva conducción del área, instalada hace un mes, ¿descubrió cuáles eran esos "negocios"? Si así fue, ¿los denunció a la jefatura policial, a Asuntos Internos y/o a la Justicia? Si no los descubrió, ¿cómo se sostiene la denuncia de que se afectaron "intereses" tan grandes que generaron el complot criminal jamás visto en la Policía? ¿Por qué en las investigaciones de esos tres crímenes de mujeres -hay detenidos en dos de ellos- no hay indicios de que los presuntos ejecutores hubieran sido contratados por policías para matar, no para robar?

 

Recién un día después de presentar la denuncia, Stornelli ordenó el relevo del comisario que había conducido el área Automotores hasta hacía un mes, es decir, en la época que se desarrollaban presuntos "negocios espurios". Si ese comisario tuvo responsabilidad en esos delitos y en semejante presunto complot, ¿en qué planeta vivía la cúpula policial apenas una semana antes de la denuncia y el relevo, cuando lo nombró jefe de la Departamental de Investigaciones de Mercedes?

 

Comentarios