La Provincia

De amores y espantos

El gobernador presidió esta semana un acto político, escoltado por los ex piqueteros ultra K Edgardo Depetri y Emilio Pérsico
El gobernador presidió esta semana un acto político, escoltado por los ex piqueteros ultra K Edgardo Depetri y Emilio Pérsico

LA PLATA, Enero 30.- (Por Marisa Alvarez) El enero político, mucho menos agitado que otros pese a ser el arranque de un año electoral, deja, con todo, algunas señales sobre el formato que podría ir tomando el proceso hacia los comicios; formato que, a juzgar por esos indicios, bien podría estar basado en el concepto borgiano de unirse no por el amor sino por el espanto.

 

El Gobernador, casi llevado de la mano -por no decir gentilmente empujado- por el ultrakirchnerismo hacia una candidatura por su reelección, profundizó en las últimas semanas su acercamiento con los sectores transversales y peronistas "no pejotistas" del mundo K, denominados "progresistas" por ellos mismos. Daniel Scioli sabe de las desconfianzas "pseudoideológicas" que inspira en ese universo, al que últimamente el ex piquetero Emilio Pérsico ha estado tratando de aglutinar con la incorporación de algunas "figuras estelares", como el ex canciller Jorge Taiana. Pero sabe también que, por sobre todas las cosas, ese sector se ha impuesto la estrategia de llenar -al estilo Moyano- las listas de candidatos con representantes propios, empezando por el segundo término de la fórmula para la Gobernación.

 

Los ultrakirchneristas bonaerenses han estado jugando con las posibilidades de un aspirante propio a la Gobernación o de asociarse con el ex opositor Martín Sabbatella, que busca ser el candidato a gobernador alterno de Olivos. Pero las señales que recibieron en los últimos tiempos sobre esa segunda opción los llevaron a modificar la estrategia y buscar un acercamiento con Scioli -en rigor, un prosaico acuerdo sobre candidaturas-, con Pérsico, que hace ya unos meses que se ha sumado al gobierno provincial, como punta de lanza, y con Taiana creciendo como su aspirante para la vicegobernación.

 

CELOSOS EN ESTADO DE ALERTA

 

Ese acercamiento es ahora propiciado también desde la orilla sciolista, donde buscan armar un esquema electoral que no deje cabos sueltos. No sería, no obstante, un romance tranquilo. Podría despertar celos y despecho en más de un intendente y referente peronista, con quienes los ultra K suelen llevarse peor imposible, en la medida que la batalla de este sector por las candidaturas se traslade a los cargos municipales.

 

El armado sciolista podría presentar dificultades también para sumar a los vecinalistas -como el marplatense Gustavo Pulti- sin irritar a los intendentes peronistas. No es que se lleven mal, en este caso. Los gobernadores vienen sumando desde los 90 a los jefes comunales de signo municipalista que ganan caminando, con la resignación de los peronistas de esas comarcas y la anuencia del resto del PJ. Pero para revalidar la sociedad en este turno electoral los vecinalistas reclaman que nuevamente se utilicen las listas colectoras, que les permiten a esos dirigentes presentar para la intendencia su propia boleta, con la denominación de su agrupación. De hecho, en la Gobernación siguen buscando la manera de habilitar ese mecanismo en la reglamentación de la ley de internas, aunque ésta no lo permite. Y para la mayoría de los intendentes peronistas "colectoras", se sabe, es una mala palabra.

 

¿SE AMIGAN?

 

En el espacio del peronismo disidente, por su lado, enero también ha dejado algunas señales de su posible rumbo electoral. Su más notorio candidato a gobernador, Francisco De Narváez, no ha abandonado la soledad y las indefiniciones con que desarrolla su campaña. Pero la reconstitución de la sociedad que el diputado nacional conformó en el 2009 con Mauricio Macri y Felipe Solá está ahora más cerca que hace algunas semanas.

 

De Narváez tiene prácticamente decidido engancharse en una candidatura presidencial de Mauricio Macri. Más decidido tiene, en rigor, que no será candidato a gobernador por una lista que encabece Eduardo Duhalde, pero lo cierto es que, a esta altura, lo único que detiene el relanzamiento de la alianza entre el jefe de gobierno porteño y De Narváez es la resistencia de Macri a terminar de definir y formalizar su aspiración presidencial.

 

El virtual divorcio de Felipe Solá con Eduardo Duhalde -que ha sido uno de los datos políticos del verano-, en tanto, podría acercar nuevamente al ex gobernador a la sociedad con que el peronismo disidente derrotó al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires.

 

En la complejidad de los entramados electorales que se tejen por estos tiempos, mientras De Narváez y Solá se alejan definitivamente de Duhalde -al menos, de un Duhalde candidato a presidente, ya qu

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